Piper es atacada por un virus tropical incurable (la fiebre Oroya, contraída por Piper al consumir una fruta exótica traída de contrabando) que la deja al borde de la muerte. Su hermanas llaman a Leo en contra de los deseos de Piper, pero él no puede hacer nada por ella, por lo que Phoebe y Prue recurren a la magia para salvarla. Como consecuencia de este hechizo, la enfermedad de Piper se propaga como una epidemia por todo el hospital, y las chicas se ven obligadas a revertir el hechizo mientras están en cuarentena. Leo salva a Piper de la muerte, por lo que le quitan los poderes. Al final, Prue renuncia a Buckland, indignada por que se intentaba vender una pintura falsificada.
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